La calle de l’Anisadeta, que mide tan sólo 6 metros desde la esquina hasta el borde de la plaza de Santa Maria, es la calle más corta de Barcelona.
Si alguna vez has visitado Barcelona, puedes haber caminado por esta calle en innumerables ocasiones sin darte cuenta de que era incluso una calle. Este pequeño callejón conecta la famosa plaza de Santa María con la calle Canvis Vells, y miles de turistas la atraviesan todos los días de camino a la zona de la Barceloneta.
En apenas unos pocos metros esta calle alberga 3 placas de identificación, 3 bolardos, 3 contenedores de basura y un inquilino: el restaurante La Vinya del Senyor, que tiene un acceso lateral aquí (la puerta principal se encuentra en la plaza).
La calle de l’Anisadeta tiene, de hecho, algo de historia detrás. Los trabajadores portuarios tenían una pequeña mesa instalada en esta calle con anís y agua. Cuando terminaba su turno de trabajo venían aquí y fabricaban una bebida llamada Anisadeta (una mezcla de anís y agua), que terminó dando nombre a la calle.