La tensión y el estrés son algunos de los obstáculos más comunes que afectan al rendimiento de los empleados en el lugar de trabajo. A continuación te proponemos unos fáciles consejos que quizás te puedan ayudar a aliviar el estrés laboral.
Empieza bien el día
Empezar la mañana de manera ajetreada puede afectarte tremendamente en el trabajo, levantarte con poco tiempo, desayunar mal y rápido o lidiar con el tráfico hace que ya llegues al trabajo con estrés. Intenta planificar mejor tus mañanas, levantarte con tiempo, desayunar bien y mantener una actitud positiva, puede ayudarte mucho a la hora de afrontar el día con más tranquilidad.
Manténte lejos de los conflictos y las personas conflictivas
Los conflictos interpersonales afectan la salud física y mental, especialmente en el trabajo. A veces puede resultar difícil no tener problemas con compañeros, pero siempre que sea posible es recomendable evitarlos a toda costa. Si el conflicto no se puede evitar, asegúrate de manejarlo con calma y respeto, así mantendrás la paz contigo mismo.
Intenta no participar en cotilleos y no te metas demasiado en temas de religión o política. Siempre que sea posible, trata de evitar a las personas chismosas, conflictivas y tóxicas.
Mantén el orden
Planificar con antelación y mantener el orden puede reducir en gran medida el estrés en el trabajo. Organizar bien tu tiempo significa lidiar con menos prisas, poder cumplir con los plazos y ser más eficiente en general. Mantén tu espacio de trabajo organizado, tener una mesa limpia y ordenada y un ordenador con todos los archivos organizados y accesibles te hará sentir mucho mejor en el trabajo.
Establece prioridades
A veces, el estrés se reduce a lo organizado que uno sea. Trata de establecer una lista de prioridades al inicio de cada semana, escribe una lista de tareas de mayor a menor urgencia y táchalas a medida que las vayas realizando.
Mantén un estilo de vida saludable
Llevar un estilo de vida sedentario repercute en gran medida en el estrés laboral, procura llevar una vida sana, comer bien, hacer ejercicio y respetar las horas de sueño recomendadas.
Tómate tu tiempo para recargar pilas
Tomarte «breves descansos» de unos minutos durante la jornada laboral puede prevenir el agotamiento. Levantarse para ir al baño, beber agua o ver un video divertido en tu móvil puede ayudarte a desconectar por unos instantes y volver al trabajo con mejor humor. Si tienes la oportunidad, aprovecha la hora de la comida o descanso para salir y estirar las piernas, dar un paseo y tomar un poco de aire fresco.
Equilibrio entre trabajo y vida personal
Una de las cosas más importantes es mantener un equilibrio entre la vida laboral y la personal. Nunca te lleves el trabajo a casa, trata de no pensar en problemas laborales durante tu tiempo libre, no revises el correo del trabajo ni respondas a solicitudes fuera de tu horario laboral. Separar el tiempo de trabajo del tiempo personal es clave para sentirse bien con uno mismo y no llegar al agotamiento y quemazón en el trabajo.
Tómate unas vacaciones
Cógete unos días libres cuando creas que los necesites y aprovecha para desconectar, no hace falta irte a viajar por el mundo, también es suficiente con tomarte unos días libres en casa para recargar pilas y volver con más fuerza.